Parele bolas, Alcalde.

Sevilla hace parte del Eje Cafetero (región nororiental del Valle del Cauca).

"El Eje Cafetero, llamado también Triángulo del Café, es una región geográfica, cultural, económica y ecológicade Colombia ubicada en los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, la región nororiental del Valle del Cauca, toda la región del suroeste de Antioquia y el noroccidente del Tolima,1 2 3 y las ciudades capitales de los tres primeros departamentos mencionados (Manizales, Pereira y Armenia, respectivamente) siendo Pereira la ciudad más poblada de la región, con su área metropolitana de Centro Occidente, con más de 850 000 habitantes 4 Esta región fue una notable productora de caucho, a comienzos del siglo XX pero luego se dedicó alcafé.

En años recientes, por la importancia de esta región en la economía de Colombia y para reconocer el paisaje y la cultura más representativa del Eje cafetero, se procedió a declarar una parte de esta región como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2011, al cual se le ha denominado Paisaje Cultural Cafetero.4"

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Una perspectiva de la integración regional de todo el Eje Cafetero.

La ley 1454 de 2011 —ordenamiento territorial— estableció ventajas y privilegios con recursos y presupuesto para las entidades territoriales que se asocien en modelos como las regiones de Planificación y Gestión, RPG, o las Regiones Administrativas de Planificación, RAP.

El Eje Cafetero —Caldas, Quindío, Risaralda, norte del Valle del Cauca— hoy por hoy integran una región natural, pero está claro que podemos ser un poder político y económico real: una región de planificación y gestión que integre el desarrollo local en los temas como vías, transporte masivo, seguridad, manejo del recurso hídrico, medio ambiente y paisaje cultural, entre muchos otros.

La integración regional no es solo un paradigma de los grandes modelos de desarrollo mundial, sino un esquema de modelo de competitividad industrial y económica que promueve la articulación más eficiente del gasto público, la concurrencia de acciones y esfuerzos de los planes de gobierno de los mandatarios territoriales, tanto departamentales como municipales y la suma de voluntades para mejores resultados económicos y políticos.

Y este es el momento justo para promover alianzas productivas de desarrollo que contempla no solo ley de ordenamiento territorial, sino la ley nacional del Plan de Desarrollo en su artículo 180, a través del programa Nacional de Delegación de Competencias, que permite delegar competencias específicas a las entidades territoriales que se asocien y demuestren la capacidad para ejecutarlas.

En Colombia se está pensando en la construcción de modelos regionales de gestión quizá con mayor fuerza desde la perspectiva medioambiental, económica y productiva, que desde la misma simple perspectiva política. Muestra de ello son los esfuerzos que se concretan en los departamentos de la costa Pacífica en la construcción de la Rap del Pacífico entre Nariño, Cauca y Chocó, o también Bogotá con la Región de Planificación Especial, Rape, con Boyacá, Cundinamarca, Meta y Tolima.

Y es que nunca antes tantas oportunidades juntas desde la perspectiva legal podrían permitir consolidar la visión de desarrollo regional, no solo desde la perspectiva simplemente discursiva o académica. Debemos pasar del foro al plan de trabajo. La ley del plan nacional de desarrollo, la ley de regalías y la ley de ordenamiento son el marco general para ello.

El pasado foro sobre este tema se hizo el 23 de noviembre en la ciudad de Pereira, asistieron los alcaldes y gobernadores electos, en ese entonces, de toda la región. Allí se acordó una agenda programática que debe lograr sus frutos de la manera más rápida, práctica y concreta y que podría cobrar forma con la creación de la Región de Planificación y Gestión de la región del Eje Cafetero.

La convocatoria de la comisión de Ordenamiento Territorial del Senado de la República para hoy es una muestra de la oportunidad política de seguir impulsando estas iniciativas en esfuerzos concretos de integración regional. Allí se discutirá el impacto del paisaje cultural cafetero, pero también la posibilidad de ir consolidando una región de planificación y gestión, como primer paso hacia la Región Administrativa de Planificación y Gestión.

La pregunta que nos hacemos ¿para qué la región?, se responde en síntesis: más recursos, mayor representatividad y poder político y mayor impacto en los proyectos de gestión.

Por ejemplo, para empezar, se pueden ir haciendo esfuerzos regionales conjuntos: los juegos deportivos regionales serán una buena causa, pero también el primer plan de seguridad regional que articule y coordine de manera efectiva todos los esfuerzos de la Policía y el Ejército en la lucha contra la delincuencia en fenómenos conjuntos contra la megaminería o el microtráfico que tiene formas y modus operandi conjuntos en la región.

El actual Plan Nacional de Desarrollo privilegia y compensa la asociatividad, la integración y los modelos de gestión conjuntos, ¡con recursos! No debemos desaprovechar esa oportunidad. Los contratos plan y los modelos integrados de gestión priman en el escenario de la competitividad territorial.

Hoy por hoy los departamentos o municipios pueden asociarse entre sí para conformar una Región de Planificación y Gestión para poder ejecutar competencias delegadas del nivel nacional: transporte, servicios públicos, vías, infraestructura. No se requiere una estructura de gobierno burocrática (gobernador regional), sino un esquema de gerencia que articule de manera eficiente y transparente el gasto público y los macroproyectos de inversión.

Por ejemplo: 3 departamentos se pueden asociar y conformar una RPG para manejar los temas de transporte y la Nación les delega la competencia mediante contrato plan con recursos de regalías o fuentes diversas, desde el sistema de regalías o desde el Plan Nacional de Desarrollo (art.180) del Programa Nacional de Delegación de Competencias.

Eso quiere decir que el gobierno nacional y la ley compensan y premian con recursos y con competencias específicas la integración regional. Hemos sido por siglos una región natural, una gran Paisaje Cultural Cafetero. Podemos seguir siendo solo parte de él o podemos integrar todos los esfuerzos económicos y productivos en la integración de una región de planificación y gestión. De nuestros gobernantes y de la comunidad depende que nos quedemos solo en el paisaje cultura, o que de verdad aprovechemos las ventajas competitivas y estratégicas de integrar un modelo regional.

La integración regional es una oportunidad real y concreta de mayor desarrollo, competitividad, productividad para nuestra región. Es el momento de abrir el espacio y generar las bases reales de la región del Eje Cafetero, no como un esquema tipo Corpes, ni como un modelo burocrático de administración de recursos, sino como la forma de apalancar recurso y planeación estratégica integral para resolver y mitigar los problemas reales de impacto regional.

El Programa Nacional de Delegación de Competencias consagrado en el artículo 180 de la ley nacional del Plan de Desarrollo articulado al modelo del Sistema General de Regalías, acompañados de esquemas de gestión como los contratos plan y las APP, configuran el nuevo escenario jurídico para hacer competitivo el modelo regional.

Es la oportunidad con los nuevos mandatarios en el inicio de la formulación de sus planes de desarrollo, con el oportuno acompañamiento de la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado de la República, de ir construyendo espacios de integración regional reales, que redunden en la transformación colectiva de nuestra región cafetera y dejemos de ser solo un paisaje cultural más sino una región competitiva y productiva real que tanto necesita la región: agua, vías transporte, seguridad y desarrollo integral.

Esperamos que la sesión de mañana sea la primera de muchas que permitirán ir avanzando en esa vía.

Por Jaime Alberto Martínez Vélez

Asesor Ministerio del Interior, Magister economía, especialista en gobierno y gerencia Publica Columbia University.